Mi Educación Esotérica, Mi Introducción a la Antroposofía,
y Cómo Conocer los Mundos Superiores

por Monique Sanchíz de Mihalitsianos

No puedo dormir. Es una de esas noches…

He estado pensando en esto mucho últimamente y, finalmente, he decidido utilizar este tiempo en vela, bajo el decepcionantemente nublado cielo nocturno, para poner, de una vez por todas, los pensamientos en papel y el punto sobre las í-es. Aquiiiiií va:

Fui re-introducida al esoterismo a la tierna edad de los 14 años. Digo re-introducir, porqué estoy segura que he estudiado< esoterismo anteriormente, en mis vidas pasadas. Fui criada dentro de una familia Protestante-Cristiana (debido a la influencia americana de mi madre en el hogar), dentro de un país Católico, con un Padre Católico, pero no practicante. Por ende, es seguro decir que crecí dentro de un ambiente religioso. Leí muchas novelas fantásticas al crecer, muchas novelas épicas. Jugué mucho deporte (todavía lo hago). Fui una chica normal con una vida feliz y saludable.

El cambio sucedió cuando mi primer novio me prestó un par de libros sobre Metafísica.

Había una idea fundamental dentro de esos libros que cambió mi manera de ver las cosas, y era ésta: Hay otra realidad, más allá de la realidad física, que podemos conocer en la forma de ideas. Cuándo sostenemos estas ideas mentalmente, se forman nuevos campos neurales en nuestro cerebro; un hecho que determina la manera en la que pensamos sobre el mundo, y esto influye directamente nuestro comportamiento, que crea nuestra realidad. En otras palabras, nuestros pensamientos crean nuestra realidad.

También me prestó un libro llamado El Kybalion: Filosofía Hermética, sobre los siete principios de la existencia humana. El Kybalion fue escrito por “Los Tres Iniciados” (sean quienes fueran), y los siete principios de la existencia, aquí expresados, son los siguientes:

  1. Mentalismo: TODO es MENTE—El universo es mental.

  2. Correspondencia: Cómo es arriba, es abajo, y cómo es abajo es arriba.

  3. Vibración: Nada descansa, todo se mueve, todo vibra.

  4. Polaridad: Todo es Dual; todo tiene polaridades; todo tiene su par de opuestos; los opuestos son iguales; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grados; los extremos coinciden; todas las verdades son meramente semi-verdades; todas las paradojas pueden ser reconciliadas.

  5. Ritmo: Todo fluye, todas las cosas suben y bajan.

  6. Causa y Efecto: Toda Causa tiene su Efecto; todo Efecto tiene su Causa; todo sucede de acuerdo a la Ley; el Azar es el nombre dado a una Ley que todavía no ha sido descubierta; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.

  7. Género: Todo tiene su principio masculino y femenino, el ‘género’ se puede manifestar en TODOS los planos.

Empecé a ver el mundo a través del lente de estos siete principios de existencia y vi que era verdad—estas eran las leyes de la realidad.

Un año después, una amiga me invitó a una organización filosófica con fuertes inclinaciones teosóficas. En esta escuela, fui introducida a Helena Blavatsky. Me leí los volúmenes completos de Isis sin Velo, y digerí, lo más que pude, los torrentes de información ahí expuestos. Durante este tiempo, también empecé a leer a Platón, y además, a estudiar toda clase de religiones.

Un chico de esta escuela estaba estudiando la teoría de la Cosmogénesis (la creación del cosmos) comprendida dentro de la Doctrina Secreta de Blavatsky. Durante sus investigaciones, había encontrado información sobre la Antropogénesis (la creación de la humanidad), por un filósofo Austríaco llamado Rudolf Steiner.

Este chico me dijo que era del criterio de Rudolf Steiner qué, antes de poder entender la creación del mundo, era imperativo entender la creación de la humanidad. El cosmos es tan complejo, qué no hay manera de comprender firmemente cómo está construido antes de entendernos primero a nosotros mismos. Esto, me dijo el chico, era sólo una de las muchas diferencias ideológicas entre la Teosofía y la Antroposofía, éste último siendo el movimiento esotérico fundado por Rudolf Steiner. Otra diferencia principal, era que Rudolf Steiner creía que el ser humano podía iniciarse en los misterios de la existencia, sin necesariamente tener un gurú para guiarlo en cada paso del camino.

Estaba intrigada, pero no lo suficiente para investigar al respecto.

Al cumplir los 17 años, decidí salirme de la organización, principalmente porque sentía que estaban infringiendo en mis libertades personales, y además, no estaba dispuesta a aceptar su dogma. El chico que me introdujo a Rudolf Steiner también se salió de la organización por diferencias ideológicas. Me casé con el 5 años después. Su nombre es Miguel.

Alrededor del tiempo que cumplí los 18 años, Miguel se fue en un viaje de negocios a Argentina y regresó con un regalo para mí: el libro Ciencia Oculta por Rudolf Steiner.

Miguel no estaba estudiando la Antroposofía, pero vio este libro en su visita a la gran librería “El Ateneo”, y se acordó de lo que había leído de Steiner. Sabía que Ciencia Oculta era una de las Obras Magnas de Steiner, y que yo había estado hablando mucho sobre la libertad personal últimamente, y sobre la idea de que no necesariamente necesitamos un maestro espiritual para Iluminarnos, que podíamos averiguar la verdad nosotros mismos. Así que Miguel me lo compró, pensando que iba a resonar con el material.

Lo leí… y el material se sintió denso. Inclusive para mí, que había leído Isis Sin Velo, otro material reconocido por su densidad (pero por razones totalmente diferentes). Sin embargo, de lo poco que entendí, pude deducir que había algo allí. Y la intriga fue creciendo…

Aquí he un ocultista, con un enfoque totalmente nuevo a este tipo de conocimiento, un enfoque occidental. Había estudiado tanta espiritualidad oriental que esto, para mí, era refrescante. Este hombre era un científico. Era lógico, no místico.

Me leí otros libros de Steiner, incluyendo El Quinto Evangelio, varias veces, durante el transcurso de tres años. También leí las transcripciones de algunas de sus conferencias.

Mi entendimiento del Quinto Evangelio de Steiner me llevó a un profundo y muy emocional retorno al Cristianismo, que había abandonado a los 14 años al empezar mis estudios sobre esoterismo y cuando acepté a todas las religiones como igualmente verdaderas. De cierta manera, Steiner me ayudó a redescubrir mi Fe. Pero aunque lo admiraba muchísimo como el ocultista que era, y le daba crédito a su trabajo por ayudarme a regresar al Cristianismo, no me consideraba a mí misma una Antropósofa.

Y entonces, muy accidentalmente, me topé con un libro en mi universidad qué, una vez más, cambió las cosas para mí completamente. Tenía 21 años en aquel entonces.

Me acuerdo de la clase en la que estaba, Derecho Marítimo. El profesor seguía hablando y hablando sobre cosas que ya estaban en las copias, así que me desconecté y empecé a navegar por internet con el WiFi gratis del campus universitario en mi MAC, mientras pretendía tomar notas.

Entré a amazon.com y puse ‘Rudolf Steiner’ en la cajita de búsqueda y a ver los resultados. Vi un libro con un diseño bastante llamativo, muy impresionista en mi opinión, e hice click sobre él.

Cómo Conocer los Mundos Superiores (How to Know Higher Worlds en inglés)

Hmm.

Busqué información sobre el libro en google. Había un archivo del libro gratis en .PDF listo para descargar. Lo bajé a mi computadora y empecé a leerlo inmediatamente.

El libro me llamó a una profunda vocación al Espíritu. ¡Este era el camino! Este era el manual, la guía. Finalmente lo había encontrado, un Camino de Iniciación a los Misterios que podría seguir personalmente, y también profundamente comprender.

Y era un camino noble. El primer capítulo versa sobre cultivar la Reverencia, o un sentido de profunda admiración por todo lo que es verdadero y bueno y bello. Habla de nutrir una profunda admiración para aquellos poderes y fuerzas superiores a nosotros mismos que buscan guiarnos a la verdad. El resto de los primeros capítulos versan sobre diversos temas, tales como el amor a tu vecino, sobre cómo trabajar para el mundo, y la importancia de ser de servicio a los demás.

Cómo había mencionado anteriormente, fui una chica que creció con historias como El Señor de los Anillos y Harry Potter, historias épicas y fantásticas. Esto significa que crecí muy consciente de la batalla del bien en contra del mal, y la importancia de actos heroicos y virtuosos. En este sentido, para mí, Cómo Conocer los Mundos Superiores representaba el camino del JEDI de la Guerra de las Galaxias.

Si me agradaba Rudolf Steiner antes, este libro lo llevó a otro nivel. Desde ese punto en adelante empecé a bajar, comprar, y leer libros electrónicos de compilaciones de conferencias dictadas por Steiner en mi amazon Kindle. Básicamente, me leí todo lo que estaba en el mercado.

Todo esto me llevó a convertirme en una antropósofa. No de repente, sino gradualmente, después de reflexiones prolongadas y varios cuestionamientos internos sobre si esta era la filosofía que realmente quería seguir por el resto de mi vida.

Y sí lo era.

Recuerdo el día que me hice la declaración a mí misma: “Soy una antropósofa”.

He leído Cómo Conocer los Mundos Superiores fácilmente más de 15 veces en el transcurso de los últimos cuatro años (tengo 25 años actualmente). Lo re-leo cada cuatro meses aproximadamente.

El libro se siente diferente cada vez que lo leo. O estoy en un humor diferente cuando lo leo, o algo. A veces leo diferentes secciones con una comprensión más profunda de la que tenía anteriormente. Otras veces descifro cosas que no había entendido completamente, o que pensaba que había entendido, pero que realmente no entendía. Una vez, inclusive, caí en cuenta de que estaba leyendo información que, por alguna razón, mi mente había omitido completamente en todas las lecturas anteriores. Y buena información, además, sobre las corrientes etéricas alrededor de nuestro cuerpo y manos.

Mi relación con el libro sigue evolucionando. Sigo los ejercicios, pero no perfectamente. Hay una parte del libro en dónde Steiner dice que lo que realmente importa no es la perfección, sino volcarse cada vez más hacia el Espíritu, y tener la intención sincera de trabajar sobre nosotros mismos. Esto es lo que trato de hacer cada día.

¿Y con relación a la supuesta clarividencia que los ejercicios descritos en este libro cultivan en el practicante? También hay otra parte del libro donde se establece que si no entendemos lo que estamos viendo, entonces es mejor no tratar de definirlo, ni a nosotros, ni a los demás. De esa manera no nos formamos prejuicios, y nuestras mentes se mantienen lo suficientemente flexibles para absorber nueva información y así empezar a ver el rompecabezas entero, y entender la realidad.

Además de esto, es importante notar que el deseo de ser clarividente sólo para ver cosas en los mundos superiores es un deseo egoísta, y los poderes superiores constantemente se alejan de él. En otras palabras, mientras más quieras el don para ti mismo, más fuertemente se te va a ser negado. Es necesario concentrarse en los ejercicios porque nos queremos desarrollar internamente y servir al mundo. La clarividencia es secundaria.

Cómo un ejemplo hipotético, digamos que poseo algún grado de clarividencia, aunque sea rudimentaria. Si admitiese, públicamente, que tengo estos poderes, estaría presumiendo de mis habilidades. La emoción detrás de esta acción sería el orgullo. Como resultado de este orgullo, la clarividencia hace una especie de retirada. Quizás por días, quizás hasta semanas. Así es como funciona.

Si tuviera que condensar la sabiduría práctica de este libro en cuatro ejercicios, serían los siguientes:

  1. OBSERVACION: Obsérvate a ti mismo y a los demás. Practica desapego de tus opiniones y estudia el mundo lo más objetivamente posible.

  2. MEDITACION: Retírate a los mundos espirituales de vez en cuando. Haz espacio en tu día en donde separas lo esencial (el Espíritu) de lo inesencial (la Forma).

  3. CONTEMPLACION: Piensa en tus acciones, tus emociones, y tus pensamientos. Júzgate sinceramente, desde una perspectiva de una tercera persona. Si no puedes juzgarte con honestidad, ¿cómo crecerás?

  4. REVERENCIA: Devoción a fuerzas superiores, conceptos nobles, principios, verdades. Atención continua y prolongada a todo lo virtuoso y digno de admirar.

El libro también contiene ejercicios prácticos, tales como para desarrollar la observación de las formas espirituales de las plantas, piedras o cristales, animales, sonidos, conversaciones, y actividad humana, además de una explicación expandida de todas las cualidades del alma necesarias para desarrollar los Chakras de la garganta y del corazón, para que empiecen a rotar, y podamos empezar a participar activamente en corrientes superiores de energía. El libro también explica el ‘Noble Óctuple Sendero’ del Buda, y lo describe como esencial para desarrollar el chakra de la garganta.

En conclusión, Cómo Conocer los Mundos Superiores no es solamente mi libro favorito de Steiner, pero también es el que ha tenido el mayor impacto en mi búsqueda espiritual, y definitivamente el libro que me llevó a declararme una Antropósofa. Es el manual que deseo continuar utilizando hasta el momento de mi muerte, y espero absorber e interiorizar la mayor cantidad de verdades posible, para llevarlas conmigo a mi próxima vida.

Sé que muchas personas no tienen esta misma perspectiva. Muchas personas no piensan sobre sus próximas vidas, o qué quieren llevar de esta vida a las siguientes. Para algunos, el mero término ‘ocultismo’ les incomoda. O los términos ‘discipulado’, o ‘iniciados’, o inclusive ‘misterios’.

Estos son los tipos de términos con los que me familiaricé durante mi adolescencia; términos sacados de las antiguas escuelas de misterio. No me causan ningún grado de incomodidad, aunque entiendo que, debido a la desinformación en los tiempos modernos sobre estos temas, a algunas personas sí les puede causar molestia, así que les pido disculpas, queridos lectores, si éste es el caso.

El enfoque de Steiner lo tildé inicialmente como un ocultismo libertario, y se puede ver así si lo comparamos con el rígido sistema oriental. Pero rápidamente empecé a amar esta cualidad, a medida que me volvía más consciente de lo que la Iniciación en el Occidente representa. Sólo para ilustrar, les presento la siguiente escena:

TEOSOFIA

Maestro: El único camino de iniciación a los Misterios es a través de un gurú, a través del discipulado. Blavatsky tuvo sus gurús, Koot Hoomi y Lord Morya. Nuestro deber es trabajar sobre nosotros mismos, y en el ínterin, debemos esperar pacientemente hasta que un maestro aparezca y nos enseñe el camino.

ANTROPOSOFIA:

Steiner: Hola, chica. Has estado leyendo mi filosofía y he notado que estás interesada en el camino a los misterios. ¿Quisieras aprender algunas herramientas para que puedas llegar a conocerlos tú misma?

Yo: ¡Sí! ¡Genial!

Steiner: Está bien. Te lo diré, porqué te lo mereces. Pero tienes que usar este conocimiento para el bien, y no para satisfacer tus deseos personales. Otra cosa, no soy tu maestro. Nunca te diré qué hacer, eso depende de ti. Pero sí soy tu amigo (e introduce Cómo Conocer los Mundos Superiores)

Yo: Wao. Gracias, eres lo máximo.

En referencia a mi estatus actual como una ‘pupila’ del esoterismo, o una buscadora del Espíritu, o aspirante a los Misterios, o estudiante del ocultismo, o JEDI, o lo que sea… con referencia a cómo me va en ese sentido…

Digamos que formo parte del grupo de chicos que se sientan al final del salón y se la pasan haciendo relajo, lo cual es una lástima porque podría ser una de las mejores estudiantes, pero apenas estoy pasando las materias. Ese es mi estatus, lo cual no está tan mal, porque al menos no siento que estoy fracasando por el momento en mi vida espiritual.

Ahora, es tiempo de ir a dormir. ¡Buenas Noches!

English


Monique Sanchíz de Mihalitsianos es abogada, escritora, antropósofa e investigadora independiente de temas espirituales. Está felizmente casada, y actualmente vive justo arriba de la línea ecuatorial del globo terráqueo, en la tropical Ciudad de Panamá. Cuándo no está escribiendo o ejerciendo el derecho, a Monqiue le gusta practicar yoga o pasar tiempo comulgando con la naturaleza. Puedes encontrarla en Facebook, o conectar con ella a través de su blog: www.moniquemihalitsianos.com



Home