Cultivar la Compasi�n

 

por Thich Nhat Hanh

 

Los preceptos del budismo y los mandamientos del juda�smo y del cristianismo son joyas importantes que necesitamos cultivar y practicar. Proporcionan pautas que nos pueden ayudar a transformar nuestro sufrimiento. Observando profundamente estos preceptos y mandamientos, podemos aprender el arte de vivir en la belleza. Los Cinco Preceptos Maravillosos del Budismo�reverencia por la vida, generosidad, comportamiento sexual responsable, hablar y escuchar con profundidad, e ingerir s�lo sustancias saludables�pueden contribuir en gran medida a la felicidad de la familia y la sociedad. Recientemente los he reformulado para abordar los problemas de nuestro tiempo:

 

1. Consciente del sufrimiento causado por la destrucci�n de la vida, prometo cultivar la compasi�n y aprender formas de proteger la vida de las personas, los animales, las plantas y los minerales. Estoy decidido a no matar, no dejar que otros maten y no tolerar ning�n acto de matanza en el mundo, ni en mi pensamiento, ni en mi forma de vida.

 

El Primer Precepto nace de la conciencia de que en todas partes se est� destruyendo la vida. Vemos el sufrimiento causado por la destrucci�n de la vida y nos comprometemos a cultivar la compasi�n y a utilizarla como fuente de energ�a para la protecci�n de las personas, los animales, las plantas y los minerales. Ning�n acto de matanza puede ser justificado. Y no basta con no matar. Tambi�n debemos aprender maneras de evitar que otros maten. No podemos consentir ning�n acto de matanza, ni siquiera en nuestras mentes. Seg�n el Buda, la mente es la base de todas las acciones. Cuando uno cree, por ejemplo, que el suyo es el �nico camino para la humanidad, millones de personas podr�an morir por causa de esa idea. Tenemos que observar profundamente todos los d�as para practicar bien este precepto. Cada vez que compramos o consumimos algo, podemos estar consintiendo alg�n tipo de matanza.

Para practicar la no-violencia, primero debemos aprender a tratar pac�ficamente con nosotros mismos. Hay, en nosotros, cierta cantidad de violencia y cierta cantidad de no-violencia. Dependiendo del estado de nuestro ser, nuestra respuesta a las cosas ser� m�s o menos no violenta. Con mindfulness�la pr�ctica de la paz�podemos comenzar trabajando para transformar las guerras en nosotros mismos. La respiraci�n consciente nos ayuda a hacer esto. Pero nadie puede practicar este precepto a la perfecci�n. No deber�amos enorgullecernos demasiado por ser vegetarianos, por ejemplo. Debemos reconocer que el agua en la que hervimos nuestras hortalizas contiene muchos min�sculos microorganismos, por no mencionar a las hortalizas mismas. Pero incluso si no podemos ser completamente no violentos, al ser vegetarianos, estamos yendo en la direcci�n de la no violencia. Si queremos dirigirnos al norte, podemos usar la Estrella del Norte para guiarnos, pero es imposible llegar a la Estrella del Norte. Nuestro esfuerzo es s�lo proceder en esa direcci�n. Si creamos verdadera armon�a dentro de nosotros mismos, sabremos c�mo tratar con la familia, los amigos y la sociedad.

La vida es tan preciosa, sin embargo, en nuestras vidas cotidianas, generalmente nos dejamos llevar por el olvido, la ira y las preocupaciones. La pr�ctica del Primer Precepto es una celebraci�n de la reverencia por la vida. Cuando apreciemos y honremos la belleza de la vida, haremos todo lo posible por vivir profundamente en el momento presente y proteger toda la vida.


De Living Buddha, Living Christ por Thich Nhat Hanh

English

Traducci�n del ingl�s: Mar�a Teresa Guti�rrez


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