Formando una Alianza por la Niñez

Colleen Cordes

En febrero de 1999 en Sunbridge College, EEUU, unos 30 maestros, médicos, profesores universitarios, activistas en pro de la niñez, y padres acordaron agruparse para tratar con firmeza las inquietudes y temas claves que afectan las vidas de los niños en todo el mundo. Decidieron trabajar mancomunadamente como asociados para forjar una nueva y amplia coalición que haga frente a la movida por dar fín a la niñez.

La nueva asociación, llamada Alianza por la Niñez (Alliance for Childhood), está abierta a todos aquellos que valoran la niñez, en su más profundo sentido como el potencial humano para crecer con sabiduría y amor. Este potencial es para todo niño un derecho de nacimiento, como lo sugiere Michaela Glöckler, pediatra y autora de Guía para la Salud del Niño (A Guide to Child Health). Pero, ella agrega, también es una capacidad común a todos los seres humanos, cualquiera sea su edad. Y el grupo acordó finalmente que mantener vivo este ideal de la niñez es, en definitiva, esencial para un futuro humano saludable.

"Lo que tenemos en común es una reverencia por la vida del niño," dijo Kate Moody, directora ejecutiva del Programa de Dislexia 'Open Gates' en la Rama Médica de la Universidad de Texas en Galveston.

Christopher Clouder, director del Consejo Internacional de Escuelas Steiner/Waldorf, se hizo eco de la idea, agregando que el respeto de los adultos por la niñez en ultima instancia refleja un respeto por sí mismos.

"Existen cualidades de la niñez," explicó Clouder, "tales como la imagincación, la creatividad, y un sentido lúdico y de asombro, que los seres humanos nunca deberían suprimir ni abandonar al crecer. Pero son justamente estas las cualidades que hoy peligran en las edades muy tempranas."

Clouder y otros miembros del grupo debatieron sobre la mezcla tóxica de transformaciones culturales, económicas y ambientales que está dañando a los niños en todo el mundo. Un ejemplo de esas amenazas para una niñez saludable es la excesiva exposición de los niños a la televisión, las computadoras y otros medios electrónicos. Estos tienden a sobrecargar sus sistemas nerviosos en desarrollo, y a obligarlos a tratar con la violencia, la sexualidad y otros temas que son difíciles hasta para muchos adultos. También debilitan las fuerzas de la imaginación y la creatividad – la capacidad, por ejemplo, de crear imágenes totalmente nuevas en la propia mente – sobre las cuales justamente depende el progreso futuro de la ciencia y la tecnología.

El actual énfasis sobre las tecnologías educativas distrae a las escuelas, a los maestros y a los padres de la atención de las necesidades reales de los alumnos, agregó Lowell Monke, profesor de Tecnología Avanzada de Computación en las escuelas públicas de Des Moines. Los adultos, dijo, se dedican ahora a comprarles a los niños herramientas cada vez más poderosas. En lugar de ésto, deberían estar motivando a los niños a desarrollar sus propios poderes – en especial los recursos interiores y las capacidades humanas que necesitan para relacionarse con y preocuparse por un mundo en conflicto.

"Nuestras herramientas externas sustiyende de muchas distintas maneras el desarrollo interior de nuestra juventud, y no sólo de nuestra juventud, sino de todos," agregó Monke.

El grupo también señaló los incrementos verificados en los problemas de salud de los niños, tales como la depresión, la violencia hacia y por parte de los niños; la obesidad, el síndrome de déficit de atención y otras discapacidades de aprendizaje. John D. Young, médico y ex-titular del Laboratorio de Inmunología Molecular y Biología Celular de la Rockefeller University, notó una tasa sin precedentes de enfermedades crónicas entre los niños en Asia, tales como alergias y cáncer. Young se preguntó si ésto no tendría relación con el estilo de vida sedentario de un número creciente de niños, lo cual puede bloquear la manifestación de sus energías naturales. Otros factores del medio ambiente, como la contaminación y el estrés, también deberían de tomarse en cuenta, agregó. "Está claro para mí que muchas enfermedades crónicas no debieran ocurrir durante la niñez, pero las vemos aparecer cada vez más," Young agregó.

Otros participantes expresaron su preocupación de que muchos niños padecen por recibir demasiado poco tiempo y atención por parte de adultos que se preocupan por ellos, y un énfasis sobre una intensa actividad académica a un edad demasiada temprana, y por la obsesión de los adultos por los tests cuantitativos para la medición de las capacidades y logros intelectuales de los niños pequeños. Estas dos últimas son respuestas contraproducentes y mecanicistas al tema central de la escuela, dijeron algunos miembros del grupo. Los problemas de la educación son previsibles, dijeron, cuando una cultura trata a los niños con tanta dureza como los trata la nuestra.

John Taylor Gatto, que en una oportunidad fuera nominado Maestro del Año en Nueva York, agregó que nuestro actual enfoque mecanicista es corto de vista. Argumentó que las respuestas creativas a los errores humanos han sido históricamente una gran fuente de inspiraciones inesperadas y de vivencias de aprendizaje. Deberíamos incitar a los niños a valorar la prueba y el error como fuente para la sabiduría humana, en lugar de presionarlos para que no fracasen. "No somos máquinas," agregó Gatto. "Por ende lo inadecuado y el error son algo deseable. Es nuestro derecho por nacimiento."

Bettye Caldwell, ex- presidente de la Asociación Nacional para la Educación de Niños Pequeños (National Association for the Education of Young Children), lo expresó así: "Lo que falta en la educación norteamericana es una cierta suavidad." Caldwell, ahora profesora de pediatría en la Universidad de Arkansas de las Ciencias Médicas, pidió que la Alianza actuara como una "comunidad de conciencia," trabajando juntos para que las necesidades no atendidas de los niños sea un tema social y político de peso.

Los niños de muchos paises hacen frente hoy a presiones aún más extremas: guerras civiles e internacionales que destruyen hogares y separan familias, tasas de pobreza permanentemente altas, la pérdida de padres por causa del SIDA. Incluso en la afluente Norte América uno de cada cinco niños crece en la pobreza y una cantidad aun mayor, ricos o pobres, padecen emocionalmente por la ausencia de un padre o una madre en el hogar.

El impacto perjudicial de tantas presiones sobre la juventud esta siendo documentado por los investigadores y percibido por los padres y maestros. La clara conclusion: Pore más inconveniente que sea para los adultos apurados, los niños aún necesitan el tiempo y el espacio para crecer a su propio ritmo. En apoyo a ese objetivo, el nuevo grupo acordó que cada asociado continuará con sus esfuerzos personales en pos del apoyo a los niños, pero que ahora podrá también trabajar en nombre de la Alianza. Cada asociado podrá iniciar individualmente nuevos emprendimientos, en consulta con los coordinadores de proyecto, o de unirse a otros asociados de la Alianza para participar en proyectos en conjuntos.

La coalición también buscará a otros individuos y grupos afines para invitarlos a asociarse a la nueva Alianza. Los presentes en la reunión de Sunbridge describieron al nuevo grupo como una "alianza de alma," que será lo más descentralizada posible. Será su compromiso común para la preservación de la niñez lo que constituirá su cerebro y su corazón. Los asociados acordaron crear el mínimo posible de burocracia organizativa. Cada asociado tiene libertad para contribuir de manera personal a la meta compartida de realizar acciones prácticas aplicadas a los problemas que amenazan a la niñez.

Los socios fundadores de la Alianza finalizaron el encuentro de dos días con un ejercicio infantil de su propia creación. De pié ante un pizarrón, con una tiza en la mano, Joan Almon, co-directora de la Asociación Waldorf para la Temprana Niñez de Norte América (Waldorf Early Childhood Association of North America), lanzó un desafío al resto del grupo: "Qué es exactamente lo que queremos proteger para la niñez?"

Hubo un breve silencio. Luego, Barry Sanders, profesor de Inglés y de Historia de las Ideas en Pitzer College, medievalista, de barba gris, y autor del provocativo libro, A is for Ox: Violence, Electronic Media, and the Silencing of the Written Word (La A es de Buey: Violencia, los Medios Electrónicos y el Silenciamiento de la Palabra Escrita, valerosamente rompió el silencio con una tríada de ideales simple pero poderosa: "Alegría, y amor, y libertad!" exclamó Sanders.

Marilyn Benoit, psiquiatra, secretaria de la Academia Norteamericana de Psiquiatría Infantil y del Adolescente ( American Academy of Child and Adolescent Psychiatry), y lobbyista en Washington en favor de las causas de la niñez, lo acampaño, poniendo su propio idealismo sobre el tapete: "Un sentido de asombro," sugirió.

A partir de allí el grupo se inspiró. Parecía que todos querían compartir sus propias aspiraciones más altas en cuanto a lo mejor que puede ofrecer la niñez. Lo que siguió a continuación fue una maravillosa e inesperada visión del tipo de paraiso que el niño que todos llevamos dentro anhela – y merece. Los derechos de los niños de crecer a su propio ritmo, de vivir en estrecho contacto con el resto del mundo natural, de cometer errores, y de que sean atendidas sus particulares necesidades físicas, cognitivas y emocionales – por ellos mismos como individuos, y por un saludable futuro humano - todos formaron parte de una larga lista de ideales que servirán de guía a los asociados en su trabajo conjunto para la Alianza. Más tarde, Almon, inspirada ella misma, compartió con todos una improvisada versión poética de la lista, a la que le dió el nombre de

La niñez es un tiempo para ser amado y amar
Para expresar miedo y aprender a confiar,
De estar serio, de estar calmo,
Y de celebrar con risa y alegría.

Los niños necesitan gente a quien respetar,
Adultos cuyo ejemplo y amable autoridad puedan seguir.
Necesitan un abanico de experiencias~ ternura y bondad,
valentía y coraje, hasta picardía y mal comportamiento.

Los niños necesitan momentos para la devoción y espacio para la curiosidad,
Límites que los protejan y libertad para crear,
Y tiempo para descansar, jugar, trabajar.

Los niños necesitan que se los introduzca a un mundo de principios
Y que se les den la libertad para descubrir los suyos propios
El espíritu de la niñez pide protección y alimento.
Es una parte esencial de cada ser humano.

Y todos los presentes se comprometieron a contribuir de alguna forma al trabajo del nuevo grupo en apoyo de la niñez.

Al final de los dos días de encuentro de la Alianza en pleno, un grupo más chico se reunió para tratar uno de los primeros proyectos conjuntos: cómo responder al creciente énfasis sobre computadoras en la pre-escuela y en la educación inicial. Como equipo de trabajo, decidieron armar un paquete informativo que demuestre por qué razones es inapropiado el énfasis en el uso de computadoras para educar a los niños pequeños. El paquete incluirá citas y artículos ya publicados, como así también una declaración clara y bien fundamentada acerca del desarrollo infantil saludable, de los riesgos que presentan las computadoras para tal desarrollo, y las tecnologías alternativas que padres y escuelas pueden elegir para enseñar a los niños en formas más apropiadas a su edad. Estas incluyen, por ejemplo, el juego, las actividades artísticas, la jardinería,la exploración de la naturaleza, los cuentos, y el instrumento poderoso aunque de simple tecnlogía que constituye una credencial de miembro de la biblioteca local.

Una vez listo el paquete, el equipo de trabajo espera publicitarlo ampliamente en los Estados Unidos entre legisladores, profesionales de la salud, padres, maestros y administradores de escuelas. Los escritores del grupo también acordaron tratar de alertar al público en general sobre el tema mediante el envío de artículos y editoriales a una variedad de publicaciones. El encuentro de Febrero fué auspiciado por el Centro para los Fundamentos Espirituales de la Educación (Center for the Spiritual Foundations of Education) del Teachers College de la Universidad de Columbia, mediante una donación del Fetzer Institute, y por Sunbridge College. Joan Almon también ayudó a organizar y moderar la reunión, que marcó el nacimiento de la Alianza por la Niñez.

"Solos, no hay mucho que podamos hacer," ella le dijo al grupo. "Pero si estamos unidos, hay muchísimo que podemos hacer."

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