Un escenario de horror y verg�enza
Editorial en el diario La Voz del Interior, de C�rdoba, Argentina
El traslado de los prisioneros de Abu Ghraib cierra de manera parcial un cap�tulo de horror y verg�enza en la historia de los Estados Unidos.
La decisi�n del gobierno del presidente George W. Bush de ordenar el cierre de la tristemente c�lebre prisi�n de Abu Ghraib, en Irak, cierra un cap�tulo de horror y verg�enza en la historia de los Estados Unidos.
Conmovieron al mundo las im�genes de las torturas y vejaciones inferidas a los 4.500 prisioneros, detenidos todos sin �rdenes judiciales por la simple sospecha de ser miembros de la resistencia iraqu�. Las fuerzas morales, cimientos de la construcci�n como naci�n independiente de las 13 colonias inglesas en el norte de Am�rica, quedaron sensiblemente debilitadas por la arrogancia de ser superpotencia y el creciente miedo, tras el operativo terrorista contra las Torres Gemelas, provocado por la dram�tica evidencia de su vulnerabilidad.
De todos modos, un sector de la ciudadan�a, que conserva intactos los valores �ticos de la generaci�n fundacional, se moviliz� para lograr el juicio y castigo de los torturadores. Hasta ahora, s�lo siete de los integrantes del cuerpo de �Marines" fueron condenados. Por cierto que las sentencias recayeron sobre suboficiales, pues la impunidad blinda las responsabilidades de oficiales incursos en estos deleznables procedimientos de vejaciones pol�ticas y humillaciones religiosas.
Mientras tanto, prosiguen las investigaciones que realizan el Congreso y la Justicia. Es posible que los legisladores logren mayores avances que los jueces en este proceso de saneamiento de la conducta de las fuerzas ocupantes, porque hasta ministros de la Corte Suprema se pronunciaron en favor de la aplicaci�n de torturas contra los sospechosos de estar vinculados con organizaciones terroristas isl�micas. En este sentido, Amnesty International denunci� recientemente que han continuado las torturas de prisioneros, "aun en presencia de las fuerzas multinacionales (MNF, en sus siglas inglesas) que ocupan el territorio de Irak".
Bush cierra un cap�tulo de horror y verg�enza en la historia de su pueblo, pero no lo cierra del todo. Porque los 4.500 detenidos sin proceso ser�n trasladados ahora a una prisi�n especial que se construye en forma acelerada en la base de Camp Cropper, donde permanecen detenidos en celdas de m�xima seguridad Saddam Hussein y 126 jerarcas de su abominable dictadura.
Abu Ghraib, donde el r�gimen del dictador depuesto perpetr� millares de aberrantes cr�menes contra la humanidad, no ser� cerrada ni transformada en un museo. Simplemente, los Estados Unidos dejar�n de utilizarla por razones de seguridad, y nada m�s que por eso.
"Se encuentra en una zona vulnerable a los ataques y es muy dif�cil de mantener", explic� el coronel Harry Johnson, responsable de la llamada Zona Verde, es decir, el sector fortificado de Bagdad donde se hacinan las comandancias de las fuerzas de ocupaci�n y las c�rceles.
Abu Ghraib es, por lo dem�s, un ominoso testimonio de la decadencia de los valores �ticos. Andr� Malraux escribi� alguna vez, de manera memorable, que "no hay ej�rcitos inocentes", y los Estados Unidos parecen empe�ados en demostrar lo acertado de esa afirmaci�n.
Si se observa la participaci�n de fuerzas estadounidenses en conflictos internacionales, se advierte una gradual e incesante declinaci�n de los valores. Al t�rmino de la Segunda Guerra Mundial, su comportamiento para con los jerarcas nazis y hasta para los miembros de las tenebrosas SS, autores de gigantescas violaciones a los derechos humanos, fue de total respeto por las convenciones de Ginebra que protegen la integridad f�sica y ps�quica de los prisioneros de guerra. Lo mismo sucedi� en Corea.
Pero a partir de Vietnam surge y cobra cuerpo la perversa convicci�n de que son imprescindibles procedimientos clandestinos, desde la tortura a la desaparici�n de sospechosos, para combatir al enemigo no convencional.
La aplicaci�n del plan Phoenix en el sudeste asi�tico se sald� con la desaparici�n de 20 mil personas. Hasta el nefasto pudor de la clandestina obra en Vietnam desapareci� en Irak, donde las torturas y vejaciones han sido filmadas y grabadas y llegadas a los medios de comunicaci�n masiva con sugestiva facilidad.
Abu Ghraib es apenas una escala en la interminable ca�da de los valores �ticos en la civilizaci�n contempor�nea.