Credo

Le�n Felipe

 

Aqu� estoy�
En este mundo todav�a� Viejo y cansado� Esperando
a que me llamen�
Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita
y condenada
y siempre un �ngel invisible me ha tocado en el hombro
y me ha dicho severo:
No, no es la hora todav�a� hay que esperar�
Y aqu� estoy esperando�
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
haciendo examen de conciencia,
escudri�ando agudamente mi vida�
�Qu� desastre!� �Ni un talento!� Todo lo perd�.
S�lo mis ojos saben a�n llorar. Esto es lo que me queda�
Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:
Otra vez lo har� mejor, Se�or,
porque� �no es cierto que volvemos a nacer?
�No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?
Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos� Otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente,
muy lentamente, a trav�s de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados�
para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.
Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.
Sin embargo pasan los siglos y el alma est�, en otro sitio�
�pero est�!
Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen el infierno, el infierno purificador,
al final del cual est� la Luz, el Gran Dios, esper�ndonos.
Ni el infierno� ni el fuego y el dolor son eternos.
S�lo la Luz brilla sin tregua,
diamantina,
infinita,
misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos�
Ah� est� siempre con sus divinos atributos.
S�lo mis ojos hoy son incapaces de verla�
estos pobres ojos que no saben a�n m�s que llorar.

 

Biograf�a de Le�n Felipe

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