¡Buenas noches, Adonai, Rey del mundo!

Sabes, aprendí algo más. Fue como una prueba nocturna, pero durante el día. Es lo siguiente. A muchas flores y plantas les gusta absorber los colores indisciplinados, impuros, de la gente que las rodea. Uno lo puede observar. Esta tarde estuvimos en una florería, donde observé a la gente y pude ver los colores vivos de los clientes. Cada uno se veía diferente, porque eran diferentes. Lo que sucede es que los colores impuros del alma son absorbidos por muchas plantas. Como en sueños, las personas se acercaban a “sus” plantas sin saber por qué. Y lo indisciplinado, lo impuro, de ellos iba a determinadas plantas.

Estas plantas se calentaban…bueno…se volvían, al menos, un poco más calientes que su temperatura normal. ¡Los colores indisciplinados, impuros, del alma se sienten especialmente cómodos dentro del calor! En el momento en que son absorbidos por las plantas cálidas, las vuelven venenosas. En la mayoría de las plantas (especialmente las flores), el veneno proviene de los sentimientos humanos. Cuando se llenan de ellos, se enfrían y sus hojas se vuelven más oscuras. ¡Ese es un rasgo sensacional de la naturaleza! Como cuando se derrama un vaso de agua y uno puede absorber el agua con una esponja. Puede ser que algo quede, pero casi toda está en la esponja y no causa más charcos. Lo mismo sucede con lo impuro de la gente que es absorbido por las plantas.

Allí donde la gente se pelea mucho, se deberían poner tales plantas. Los geranios son, al parecer, especialmente buenos. En el sur, en Austria e Italia, la gente llena de geranios las macetas de sus balcones. Y se dice que la gente allí es más temperamental. Pero, sin embargo, son más amables que los alemanes y, en cierto modo, más felices. Quizás tenga que ver con eso.


¡Adonai, por favor protege a toda
la gente del mundo y
no dejes que el mundo arda
y no dejes que caiga una bomba atómica
esta noche!

Cariños,
Judith

Del Libro: Schwanenflügel – eine spirituelle Autobiographie

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