Tres años más:

Reflexiones sobre el día de la muerte de Rudolf Steiner

Por Eugene Schwartz

Puede parecer extraño incluir una conmemoración del Día de la Muerte de Rudolf Steiner en un boletín que está dedicado a la celebración de la niñez, de las nuevas iniciativas, y de la vida en general, pero incluso en medio de tanta vida el movimiento Waldorf está obligado a afrontar la muerte. Este artículo es un esfuerzo por comprender esta obligación.

El período de seis años que se extendió desde la primavera de 1919 hasta la muerte de Rudolf Steiner, el 29 de marzo de 1925, estuvo lleno de una rápida sucesión de triunfos - y tragedias. Entre las tragedias están los infructuosos esfuerzos por curar las heridas de guerra de Europa mediante la Trimembración Social, el incendio del Primer Goetheanum y la larga y debilitante enfermedad de Steiner. Entre los triunfos se encuentran la refundación de la Sociedad Antroposófica y la poderosa y prolífica producción de las conferencias sobre las relaciones kármicas. Fue durante este período que Rudolf Steiner también ayudó a fundar, nutrir y asesorar lo que él llamaría los "movimientos vástagos", esfuerzos concretos para aplicar los principios espirituales directamente en la sociedad contemporánea.

Los movimientos vástagos establecieron vocaciones que hicieron posible un camino único de iniciación moderna. Maestros, médicos, sacerdotes y agricultores ya no tenían que retirarse a centros de misterio o ashrams para desarrollarse espiritualmente, sino que se les proporcionaban los ejercicios meditativos y los retos prácticos que les permitían desplegar sus facultades superiores mientras trabajaban. La pedagogía Waldorf, la medicina antroposófica, la Comunidad de Cristianos y la agricultura biodinámica ya han celebrado, o lo harán pronto, sus cien años, y cada una de ellas tiene sus propias historias de éxito y fracaso. Este artículo se centrará en el papel especial que la pedagogía Waldorf tiene que desempeñar entre sus movimientos hermanos.

Es importante señalar que la precuela de la celebración de los cien años de la pedagogía Waldorf entrañó una batalla campal sobre la vacunación contra el sarampión en varias escuelas. El conflicto resultó en el daño colateral de un juicio entablado por padres Waldorf, seguido de un embarazoso y viral artículo en una revista. El movimiento Waldorf aún no había terminado de recuperarse de esa debacle, cuando tuvo que enfrentarse al reto insuperable de una pandemia y al cierre de las escuelas que coincidió con el Día de la Muerte de Steiner en 2020. La conferencia nacional celebratoria de la AWSNA programada para junio se canceló y, en la mayoría de los aspectos, el año del festival quedó en la nada. ¿Qué podrían aprender los movimientos vástagos de esto? [AWSNA="Association of Waldorf Schools of North America" ed.- NdelT: agrupa a escuelas e institutos Waldorf de Canadá, Estados Unidos y México]

Tal vez estemos equivocados en querer celebrar los aniversarios de los movimientos vástagos por separado. Tal vez sea más útil considerar los seis años milagrosos entre la primavera de 1919 y la primavera de 1925 como un único gesto temporal guiado por el Espíritu del Tiempo, Micael. No menos importante es que deberíamos reconocer que el período que va de 2019 a 2025 tiene el potencial de ser a la vez una recapitulación de la era de 1919-1925 y un punto de partida para los próximos cien años. También debemos ser conscientes de que estos seis años tienen el potencial de ser un momento de desmoronamiento. Unas pocas decisiones erróneas y concesiones precipitadas, y los impulsos espirituales que guiaron a Rudolf Steiner en el siglo XX pueden ser debilitados o destruídos al mismo paso vertiginoso con el que se activaron hace un siglo.

La guía espiritual directa de un Iniciado puede perdurar durante cien años, tras los cuales se diluye de su materialización en libros e instituciones, y debe ser revitalizada por individuos que hayan hecho suyas esas enseñanzas. En este sentido, los años 2019-2025 ofrecen la última posibilidad de recurrir a las enseñanzas de Rudolf Steiner. A partir del 29 de marzo de 2022, nos encontramos en el punto medio de esta recapitulación de seis años. De manera significativa, fue en el exacto punto medio del período de seis años durante la vida del propio Steiner (16 de marzo de 1922) cuando errores de apreciación sobre la viabilidad de la Trimembración Social llevaron a la ruina financiera de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria y a la cancelación de otros esfuerzos de transformación económica que él había ayudado a fundar. ¡Y eso ocurrió con Rudolf Steiner aún vivo y bien!

Cada momento de los próximos tres años proyectará su luz o su sombra sobre los siguientes cien años de los esfuerzos fundados por Steiner. Lamentablemente, la forma en que las instituciones Waldorf, los movimientos vástagos más antiguos, han navegado las turbulentas aguas de los últimos años presagia tiempos difíciles por venir. En el futuro, la relación de Rudolf Steiner con sus vástagos puede parecerse mucho menos a Las doce princesas bailarinas y mucho más al Rey Lear.

¿Qué hay en un nombre?

En una entrevista, muy citada, durante una emisión de 1955 de See It Now, el conductor Edward R. Murrow le preguntó a Jonas Salk, creador de la primera vacuna contra la poliomielitis: "¿A quién le pertenece la patente de esta vacuna?", a lo que Salk respondió: "Bueno, a la gente, diría yo. No hay ninguna patente. ¿Podría usted patentar el sol?". Casi cuatro décadas después, esta pregunta podría haberse planteado de nuevo cuando la Asociación de Escuelas Waldorf de América del Norte transformó el término "Pedagogía Waldorf", y más tarde "Pedagogía Rudolf Steiner", en marcas registradas.

Rudolf Steiner dijo una vez que las instituciones creadas por los seres humanos tienen una vida útil semejante a la vida humana "bíblica", es decir, setenta años. A medida que se aproxima a ese umbral, la corporación, o la asociación sin fines de lucro, debería emprender su propio desmantelamiento y compartir sus recursos y experiencia con emprendimientos más jóvenes. A través de esta "muerte y transmutación", el impulso espiritual subyacente en la institución más antigua puede revitalizarse en un cuerpo nuevo y joven. Cuando se aproximaba la década de los noventa y el movimiento Waldorf mundial alcanzaba su septuagésimo año, había llegado el momento de tal metamorfosis para que el impulso Solar Micaélico que llevaban en sí las escuelas Waldorf existentes pudiera expandirse en direcciones más diversas. Con el doble pretexto de que estaba "protegiendo a Rudolf Steiner" —sobre todo de los ataques en Internet de la Waldorf Critics’ List [Lista de críticos Waldorf]— y de que estaba asegurando que "Waldorf" nunca se convirtiera en un término genérico como "Kleenex", la AWSNA corrió la pantalla y concentró la luz más sobre sí misma.

Coincidentemente, los años 90 fueron la década en la que se fundaron las primeras escuelas “charter1” que cultivaban principios educativos Waldorf. También fue la época en la que Internet no sólo amplió el alcance de los detractores de la educación Waldorf, sino que también potenció los recursos y el poder de interconexión de algunos de sus más apasionados seguidores, entre ellos innumerables estadounidenses que practicaban la escolarización en el hogar. En el mismo momento en que el impulso de la pedagogía Waldorf estaba maduro para cruzar el umbral de su transformación, el movimiento Waldorf de América del Norte estaba preparado para adaptarse a nuevas formas y direcciones y alcanzar a familias de un sector más amplio de la sociedad.

¿Cómo respondió la AWSNA ante este punto de inflexión espiritual? Contrayendo, excluyendo y sujetando la Marca Registrada en el puño crispado del rigor mortis. Durante casi treinta años, los esbirros de la AWSNA enviaron montañas de cartas amenazantes a las escuelas “charter”, a los distritos escolares estatales e incluso a los grupos de Facebook que intentaban ampliar el alcance de los impulsos educativos de Rudolf Steiner. Los heroicos esfuerzos de Kim John Payne en su batalla contra el bullying a las escuelas Waldorf tuvieron un extraño paralelismo con el bullying ejercido por AWSNA contra algunas escuelas Waldorf. Es irónico notar que el propio Steiner se opuso a llamar "Escuela Waldorf" a la "Escuela Libre" de Stuttgart, la escuela original, porque sentía que el nombre evocaría imágenes de carteles publicitarios de cigarrillos. A los ojos de Steiner, la palabra "Waldorf" ya era una mercancía; quizás le resultaría divertido escuchar el tono santurrón con el que la AWSNA pronuncia ese Nombre.

Es posible que la Marca Registrada haya servido como sistema de soporte vital en la etapa senil de la Asociación, dándole poder (para aceptar y rechazar escuelas) y, al mismo tiempo, gloria ("¡Somos los dueños de la Marca Registrada!"). Sin embargo, no parece haber tenido ningún efecto provechoso sobre la disminución de inscripciones en las escuelas Waldorf independientes, ni sobre el número cada vez menor de nuevas escuelas independientes que se forman en América del Norte. Al menos en esos aspectos, la antorcha ha pasado claramente a las escuelas que practican la pedagogía Waldorf en el ámbito de la educación pública y en el de la escolarización en el hogar. Hay otros deslices de la Asociación que quedan fuera del alcance de este artículo pero que exploro en mi curso de conferencias Does Waldorf Still Matter. No obstante, hay otro error signado por el destino que se relaciona directamente con el día de la muerte de Rudolf Steiner.

El portal de la condena

Al pasar de los primeros cien años de la pedagogía Waldorf a los siguientes cien, la AWSNA publicó en su página web una declaración que evidenciaba un reconocimiento, aunque fuera inconsciente, de que la ayuda directa de Rudolf Steiner al movimiento de las escuelas Waldorf independientes estaba terminando. Esta declaración era la condena de las "declaraciones racistas" de Rudolf Steiner. Estaba redactada en un tono de certeza y superioridad moral de tal presunción e inmadurez que casi les gritaba "¡Estáis despedidos!" a los seres espirituales que nutren la educación Waldorf. Con esta condena (luego misteriosamente retirada), el movimiento de escuelas Waldorf independientes en los Estados Unidos aceleró su ruptura con la vida y la obra de Rudolf Steiner, que muy probablemente culminará de manera no tan grandiosa en 2025.

Como he indicado anteriormente en este artículo, la influencia directa de Steiner debe disminuir ineludiblemente en los próximos tres años, por lo que esta ruptura no debe considerarse un fracaso. Sin embargo, lo que sí es un fracaso es que este portal de condena fuera establecido no por una comprensión espiritual, sino por conformidad con influencias en muchos aspectos antitéticas a la pedagogía Waldorf. La conferencia de la AWSNA de junio de 2021, en la que apenas se mencionó a la Antroposofía y a Rudolf Steiner, y el adjetivo "Waldorf" fue mayormente clasificado como "eurocéntrico", ejemplificó el empobrecimiento espiritual que probablemente prevalecerá en un futuro próximo.

Aunque ciertamente había algo de sincero idealismo y seriedad detrás de la condena, esta funcionó también como una nueva distracción, que enmascaraba el vacío espiritual que subyace en la AWSNA y en muchas de sus escuelas miembros en el siglo XXI. Tomar partido por la Justicia Social es fácil en el clima mediático actual —basta echar mano a los términos, conceptos y siglas que otros proporcionan para estar woke [despierto en la jerga popular]. Trabajar desde la Antroposofía es mucho más exigente, y requiere un pensamiento claro, criterio propio y esfuerzo para estar…despierto.

De hecho, cada vez que AWSNA asume una nueva causa de justicia social, ello significa más reuniones y talleres obligatorios para los docentes, y muy probablemente un nuevo puesto de trabajo en la escuela: Coordinador de DEI [Diversidad, Equidad e Inclusión], Representante de BIPOC [Black, Indigenous, and People of Color], Director de Educación Cívica Cibernética, Enlace LGBTQ, etc. Y esto se suma a la plétora de personal ya existente: Promoción, Desarrollo, Matriculación. Cuanto más se esfuerzan las escuelas AWSNA por ser centros de Justicia Social, más se asemejan y actúan como burocracias. Con una estructura tan abultada, y con tan poca atención puesta en las preocupaciones pedagógicas de los docentes, de los padres e incluso de los estudiantes, debemos coincidir con la frase de Yeats: "El centro no puede sostenerse".

Lo pequeño es hermoso

Con todo esto en mente, me gustaría sugerir qué aspecto puede tener el movimiento Waldorf cuando el actual período de gracia de tres años llegue a su fin.

  1. El insostenible modelo corporativo de las escuelas independientes miembros de la AWSNA conducirá al cierre de las escuelas más pequeñas y al vaciamiento de las escuelas más grandes, ya "establecidas". Habiendo constreñido el papel de sus maestros de grado y elevado lo académico por encima de la Imaginación, muchas escuelas serán Waldorf sólo por ostentar la Marca Registrada. Al no estar más sustentadas por el impulso vivo de la Antroposofía, serán un “legado antiguo”, regodeándose en sus logros de la Edad de Oro de las escuelas independientes en los años 70 y 80, pero desconectadas de las necesidades de los niños del siglo XXI. La mayoría de los antropósofos más comprometidos del cuerpo docente habrán sido despedidos o se habrán jubilado, y aunque uno o dos docentes que hayan intentado hacer suyo el camino de Steiner sigan haciendo algo bueno dentro de su restringida situación, ellos serán una especie en extinción. Dado que las escuelas ya no cuentan con el apoyo del mundo espiritual, no pueden, a su vez, apoyar el esfuerzo espiritual de sus docentes. Y eso significa que los docentes que siguen trabajando desde la Antroposofía lo hacen por un impulso genuino de libertad y no porque sea un requisito de su trabajo. Pero, en su gran mayoría, el tipo de jóvenes idealistas y embarcados en una búsqueda espiritual que se dedicaron con alegría a la docencia en las escuelas Waldorf independientes del siglo XX se volcarán ahora hacia la agricultura biodinámica, la Comunidad de Cristianos o el trabajo en las aldeas Camphill. El 2025 marcará el largo "principio del fin" para la AWSNA y sus instituciones.

  2. En el momento de escribir este artículo, hay sesenta escuelas Waldorf públicas que atienden a más de 15.000 niños. En 2025 ese número casi se duplicará, y en 2030 lo "Waldorf" será percibido por el mundo académico y los medios de comunicación como una metodología de la escuela pública y tendrá, en los Estados Unidos, un impacto mucho mayor del que jamás podrían lograr las escuelas miembros de la AWSNA. El grado de sustento espiritual que puedan recibir las escuelas Waldorf públicas dependerá menos de sus maestros y más del calibre y de la vida interior de sus administradores. Las escuelas Waldorf públicas más fuertes y cohesionadas están guiadas por administradores que reconocen el papel crucial de la metodología de Steiner en el aula Waldorf y respetan el esfuerzo y la iniciativa de los docentes que encuentran la manera de darle vida en el contexto de la escuela pública. Existen, al mismo tiempo, administradores que tienen poco interés en los fundamentos espirituales de la metodología Waldorf, o incluso antipatía por ellos. A través de su oposición, ellos también tendrán un papel que desempeñar en la expansión del impulso educativo de Steiner en el sector público. En el presente trienio, estas escuelas se encuentran en el "final del principio". Es probable que alcancen su propia Edad de Oro a mediados de siglo, y en el último tercio del mismo, a los 70 años, estarán listas para transmitir sus recursos a sus sucesores.

  3. ¿Y quiénes son esos sucesores? Aunque la cuarentena por la pandemia, que comenzó en la primavera de 2020, sumió a muchas escuelas Waldorf en un estado de pánico y respuestas miopes, hubo dos grupos Waldorf que capearon la tormenta con ecuanimidad. Uno de los grupos comprendía a los miles que practicaban la escolarización en el hogar, cuyos hijos ya estaban en casa, y el segundo grupo estaba compuesto por las aulas Waldorf en línea que no tuvieron que lidiar con conexiones problemáticas a servicios de Internet como Zoom y Google Classroom porque ya eran expertos en la enseñanza a distancia. La desafortunada confluencia de la presión ejercida por la AWSNA sobre sus escuelas miembros para destripar el currículo Waldorf en nombre de la euro-asepsia y su repentina entusiasta aceptación de las computadoras y los dispositivos móviles como herramientas de aprendizaje llevó a muchos padres a buscar alternativas. Esto, a su vez, ha contribuido a la fundación de “burbujas de escolarización en el hogar”[home schooling] y "microescuelas" para atender a familias que, en su mayoría, quieren que sus hijos reciban una educación Waldorf “verdadera”, en lugar del simulacro que se ofrece en demasiadas escuelas. Son tantos los maestros Waldorf experimentados y las familias comprometidas con la educación Waldorf que se han unido a estos grupos o incluso han ayudado a fundarlos que podemos hablar de una "diáspora Waldorf", el tipo de migración que muy a menudo marca un punto de inflexión espiritual/cultural. Basta con echar un vistazo a los “Anuncios de Empleos” de este boletín para ver cuántos emprendimientos de este tipo se han iniciado, y cuán rápido ha crecido su matrícula. Para muchos de quienes eligen incursionar en la educación Waldorf por primera vez, estas escuelas comunitarias ofrecen la oportunidad de enseñar con el espíritu de "Antroposofía aplicada", que Rudolf Steiner señalaba como base de la educación Waldorf. Para otros, significa la posibilidad de trabajar de manera más profunda y eficaz con clases más pequeñas y de proporcionar la atención individualizada que los caminos de encarnación de los niños requieren. La flexibilidad y la movilidad que poseen estas escuelas más pequeñas les da la capacidad de respuesta que tanto se necesita en nuestros turbulentos tiempos. Es probable que muchas de estas escuelas se establezcan en los predios de granjas y viñedos biodinámicos, en clínicas antroposóficas, junto a capillas de la Comunidad de Cristianos y en aldeas Camphill. Es decir que el movimiento vástago más antiguo de Rudolf Steiner se instalará junto a sus hermanos menores y su nuevo hogar será la escuela comunitaria. Y no es menos posible que tales escuelas sean fundadas en barrios de bajos recursos dentro de las grandes urbes de Estados Unidos. El muy declamado y justificado sentimiento de culpa que las escuelas Waldorf se ocasionan a sí mismas en relación con su población mayoritariamente blanca se solucionaría fácilmente trasladando sus instalaciones a sitios urbanos con población de color. El modelo de micro escuela ofrece esa posibilidad.

Si la misión de una escuela Waldorf independiente depende de la vida espiritual de sus docentes y la de una escuela Waldorf pública de la búsqueda interior de su administrador, entonces mucho de lo que ocurra en el movimiento de escuelas comunitarias Waldorf dependerá del camino interior de los padres. Desde el comienzo del siglo ha habido una escasez de educación para padres en todo el movimiento Waldorf pues las escuelas calladamente ocultaron sus fundamentos espirituales. Es de esperar que las familias que participan activamente en la formación de estas nuevas escuelas sean también diligentes en su trabajo con la Antroposofía. Los cientos de escuelas online y comunitarias que surgirán en las próximas décadas difundirán el impulso Waldorf silenciosamente por todo el continente, como un remedio homeopático. Aunque la escolarización Waldorf en el hogar es una realidad desde hace décadas, en su nueva iteración marca el nacimiento de una tercera etapa de la educación Waldorf en América del Norte que probablemente adoptará una multiplicidad de formas a lo largo del siglo XXI y alcanzará su apogeo en el umbral del 2100.

El mejor paso que podrían dar ahora mismo las reducidas escuelas Waldorf independientes y las florecientes escuelas Waldorf públicas sería conectarse con quienes practican la escolarización en el hogar dentro de su zona — incluso con padres distanciados de la escuela— y ofrecerles clases y actividades de bajo costo para sus hijos. Un programa de este tipo funciona desde hace varios años en la escuela charter de Yuba River y modelo en su alcance y organización, mientras que la escuela Waldorf independiente de Moraine Farm ofrece un programa para quienes practican la escolarización en el hogar que incluye múltiples artes y artesanías. Tales programas no sólo resultan mutuamente beneficiosos en el momento presente sino que también contribuyen para un traspaso mucho más fluido de los recursos y la sabiduría acumulados por la escuela cuando su propia misión llegue a su fin. Ojalá que en los próximos tres años, en preparación para el siglo que viene, el movimiento de escuelas Waldorf "se dedique a nacer" y, con no menos empeño, "se dedique a morir".